miércoles, 13 de abril de 2016

Leyendas

La leyenda del tren fantasma
Se cuenta que hace ya mucho tiempo, en aquellas épocas en las que el tren era el principal medio de transporte, en un pueblito llamado Jaral del Progreso, Guanajuato, el presidente municipal ordenó colocar bancas en el parque que se encontraba en la terminal del tren, con el fin de proporcionar un lugar de descanso para los pasajeros que subían y bajaban del transporte. En muy poco tiempo las bancas fueron vandalizadas durante la noche, amanecían muy maltratadas, rayadas, rotas y en terribles condiciones, provocando esto la molestia del Sr. Presidente, que envió de inmediato un vigilante. El cual enfermó en un par de días, y así sucedió con todo aquel que obtuviera el puesto, La situación provocó el desconcierto del gobernante, mas aun cuando la persona que envió a investigar la causa de tanta enfermedad, le trajo como respuesta que todo era ocasionado por un fantasma, que salía del panteón cercano a la terminal del tren. Pareciéndole una explicación algo ridícula, el Sr. Presidente envió a El Chino Herrera, un policía de su entera confianza, del cual se decía era muy barbero con su superior por lo cual se tenía la seguridad que no se negaría a la misión...



El avión de guerra
Una tarde de primavera, un hombre joven salió de su trabajo temprano, de la estación de radio, el tenía un horario de las 5 de la mañana hasta las 12 del día. Al salir de su trabajo, se dedicaba a las plantas de un vivero, ese día tenía que remover la tierra para a ser unos sembrados, después de horas de trabajo entro a la ducha, mientras se estaba bañando comenzó a escuchar un ruido muy fuerte y extraño que parecía que se rompería los vidrios de su casa, como sea, se medio vistió y salió a ver, miro al cielo donde provenía el ruido, y vio claramente cómo un avión volaba muy cerca de las casas, hasta se agachó por qué pasó arriba de su cabeza, lo miro con detalle, era un avión de la Segunda Guerra Mundial utilizado por los nazis, llevaba la svástica (cruz gamada) en uno de sus costados. el hombre dice que vio su trayecto y como se desvaneció el avión en el aire. Pudo escuchar que su familia lo vio, y muchas personas hasta autoridades observaron aquella nave. Se cuenta que era un avión fantasma prefirieron que sea una leyenda antes que los tildaran de locos.



El barco del Arroz

En la posguerra de la dictadura franquista que siguió a la Guerra Civil española, se produjo un periodo de hambruna en la población. Es entonces cuando surge, de manera imprecisa, la leyenda de un mítico barco cargado de alimentos ( de arroz, o de arroz y carne) que tenía que arribar a las costas gaditanas, pero que nunca llegó.

Existe cierta confusión a la hora de fijar el origen de la frase. Todas las narraciones coinciden, no obstante, en que el acontecimiento que sirvió de referencia, se produjo durante los primeros tiempos de la dictadura franquista.  Para la hambruna de la posguerra, una pérdida de alimento como esa -si es que realmente tuvo lugar-, debió resultar ciertamente traumática, lo que contribuiría a fijar el hecho en la memoria colectiva de los gaditanos.  

Un barco denominado "Alcatraz" que se hundió frente a las costas de Cádiz durante los años cincuenta del pasado siglo. Su cargamento era de arroz, lo que hizo que al mojarse, este se hinchara, resultando dicha mercancía absolutamente irrecuperable...



El muchacho en bicicleta

En el Cerro de Santa Catalina antes que pongan la escultura de “Cristo Rey”, se cuenta que a lo lejos del peñasco se veía ahí a un muchacho en bicicleta aún dentro de los árboles o afuera, parado, estacionado y vestido de negro. Se dice; que este joven salía de las tumbas que estaban cerca de ahí se dirigía hacia un pozo y antes de llegar desaparecía y volvía aparecer más arriba del risco, la gente cuenta que solo aparece en semana santa.
Otros cuentan que lo han visto; que el muchacho con su bicicleta sale del pozo y se dirige a la escultura de Cristo Rey.
La leyenda” explica que un joven no cumplió en vida con una manda”. También dicen que las mamás se lo contaban “a sus hijos para asustarlos y no estén muy noche en el cerro, ahí armaban fiestas”.








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