viernes, 15 de abril de 2016

Obras de Teatro










Adivinanzas

TENGO MAS DE 3 LADOS Y
MENOS DE 5 LADOS.
TENGO TODOS MIS LADOS
IGUALES.
NO SOY ROMBO.
¿QUIEN SOY?

El cuadrado


NO SOY TRIANGULAR, NO SOY
RECTANGULAR, NO SOY EL CUADRADO.
MI LADO ES UNA LINEA CURVA.
¿QUIEN SOY?

El círculo



NO TENGO 4 LADOS, NO TENGO
5 LADOS.
TENGO LA MITAD DE 6 LADOS.
¿QUIEN SOY?

El triángulo




Tengo cuatro lados 
y mis cuatro ángulos 
no son iguales.

Rectángulo


Redondo, redondo, 
como una ruedita, 
redondo, redondo, 
no tengo esquinitas, 
¿Quién soy?. 

Círculo






Cuentos

Una Playa de Figuras



Todos somos importantes


El mercader de Triángulos



¿Qué forma tiene Piggy Wiggy?



Alicia en el País de las Maravillas






Poemas

El Círculo

Por todos los lados soy igual
por eso puedo rodar.
Soy redondo, redondito
de mis hermanos el más gordito.
También soy muy cariñoso,
y suave como un osito
Círculo, así me llamo.
Ven que te de un besito.



El Cuadrado

Igualitos son sus lados
con esquinas por igual
cuatro son y bien contadas
se suceden sin final.

Crucigramas y retratos
los conocen y muy bien
y en la acera, dando brincos
he contado hasta cien!

El cuadrado es mi amigo
y estoy bien acompañado
cuando trazo, cuando escribo
en mi cuaderno cuadriculado.


El rectángulo

Cuando vamos al estadio
me lo encuentro en la cancha
cuando escribe mi maestra
la pizarra me lo muestra.

El rectángulo es reservado
es muy fino y elegante
un cuadrado estirado
por querer ser más galante.

Es mi regla, es mi libro
la puerta de donde vivo
es mi cama, mi alfombra
el rectángulo... sí que asombra!



Triángulo

Tres palitos que se juntan
a tres lados apuntarán
el triángulo es lo que forman
linda forma de jugar!

Si lo pones boca abajo
"ceda el paso" te dirá
si lo pones boca arriba
a la luna llegarás!

Junta varios como gustes
muchas formas crearás
si lo cuelgas y golpeas
linda música oirás.



El Rombo

Señor esquinado es el rombo
gran diamante que causa asombro
si lo busco con cuidado
podré hallarlo dibujado.

En dijes, vitrales
medallas y pisos
el rombo se esconde
es muy escurridizo!

Un cuadrado aplastado
un trompo sin cordón
un pétalo, una hoja
es el rombo, romponpón!






Canciones






Figuras Geométricas












Obras de Teatro










Adivinanzas

En el trigo y en el limón,
en el desierto y en el sol
me podrás hallar.
Adivina quién soy.
Amarillo

Es un color tan oscuro
que deja de ser color;
y en la ropa se usa
para indicar gran dolor.
Negro

Llamo mucho la atención
y me encuentro hasta en Marte,
quien mejor me representa
es la sangre y el tomate.
Rojo

Ni blanco ni negro, ni todo lo contrario
estoy en el cielo si llueve,
y en el suelo si cementado está
si no lo adivinas, pregúntame ya!
Gris

Distintas tonalidades,
luzco en cielo despejado,
igual me ocurre en el mar,
si lo encuentras muy calmado.
Azul

Cuentos

Colores



Las Ciudades de Colores


El Monstruo de Colores


Los Colores



Pulpi se viste de Colores





Poemas

                                                                La Paleta del Pintor


                                                              Azul, verde, siena, rojo,
                                                                 anaranjado y marrón;
amarillo, malva, rosa,
blanco, negro, bermellon…
¡Sinfonía de colores,
la paleta del pintor!



Colores y mas colores
Roja la amapola
rojo en el rosal
rojo el corazón
del coral del mar.
Verde Andalucía
verde perejil
verde de la oliva
del Guadalquivir.
Azul del cielo
azul ultramar
azul de tus ojos
y azul cristal.

El Color Azul
En la isla de Babul
todo es de color azul.
 
Allí azul es cualquier cosa.
Hasta la nariz mocosa
del rey Facundo II
es la más azul del mundo.
 
Azul es el chocolate,
la leche ─¡qué disparate!─.
y el sol que despierta al día.
¡Menuda monotonía!



Color Rojo

En la isla de Pintojo
el cielo es requeterrojo.
 
Rojas las nubes y el mar,
la tinta del calamar,
las palomas, las urracas
y las cacas de las vacas.
 
Si miras alrededor,
todo es del mismo color:
tan rojo como un pimiento.
¡Qué tremendo aburrimiento!



Color Amarillo

En la isla de Bolillo,
lo que ves es amarillo.
 
Amarillos son los barcos,
¡y hasta el agua de los charcos!
Amarillo el elefante
por detrás y por delante.
 
Amarillos son, también,
los seis vagones del tren
y el pingüino Ceferino.
¡Vaya sitio tan cansino!


Canciones

Pilín Colorín

Plin colorin, plin, plin, plin, plan.
La canción de los colores vamos a cantar.
Plin colorin, plin, plin, plin, plan,
porque todo lo que quiera puedo colorear.

Hago un dibujo
y después lo pinto,
con muchos colores,
queda muy bonito.
Cantando dibujo,
cantar es muy lindo.
Y siempre cantando
dibujo y pinto.

Con celeste pinto el cielo.
Con azul pinto el mar.
Con blanco pinto las nubes.
Con negro la tierra.
Con rosa un rosal.
Amarillo pinto al sol.
Y a un sapito, pinto verde.
Rojo pinto a un corazón.
Y a un tronco de árbol,
lo pinto marrón.


Verde, verde el arbolito

Verde verde son los arbolitos
verde verde sus hojitas son
por eso yo quiero todo lo que es verde
verde verde verde es mi color
amarillo es el color del trigo
amarillos mis patitos son
por eso yo quiero todo lo amarillo
como el tibio rayito de sol
rosa rosa son todas mis cosas
rosa rosa mis vestidos son
por eso yo quiero todo lo que es rosa
como ramas de durazno en flor
rojo rojo es mi sombrerito
rojo rojo el boton en flor
por eso yo quiero todo lo que es rojo
rojo rojo es mi corazon
el celeste es el color del cielo
celestitos tus ojitos son
por eso yo quiero todo lo celeste
por que es el color de la ilusion
blanca blanca es la nube viajera
blancos blancos mis dientitos son
por eso yo quiero todo lo que es blanco
como suave copo de algodón


Los Duendes de Colores

Somos los duendes de 7 colores que pintan las flores de Plaza Jardín. 
ROJO, AZUL, VERDE Y ROSA, VIOLETA, AMARILLO Y BLANCO MARFIL.
Yo pinto el vestido de las margaritas, el jacaranda a su casa me invita, yo pinto las rosas que quieren ser ROJAS, algunos claveles prefieren el ROSA.
Somos los duendes de 7 colores que pintan las flores de Plaza Jardín. 
ROJO, AZUL, VERDE Y ROSA, VIOLETA, AMARILLO Y BLANCO MARFIL.


Los Colores

Rojo, rojo, es mi vestido. 
Rojo, rojo, lo prefiero yo. 
Que a mi me gusta el color rojo 
porque mi amigo es el... Tomatón
Azul, azul, es mi vestido. 
azul, azul, lo prefiero yo. 
Que a mi me gusta el color azul 
porque mi amigo es el... Mar azul"
Amarillo, amarillo, es mi vestido. 
amarillo, amarillo, lo prefiero yo. 
Que a mi me gusta el color amarillo 
porque mi amigo es el... Limón
Verde, verde, es mi vestido. 
verde, verde, lo prefiero yo. 
Que a mi me gusta el color verde 
porque mi amigo es el... Melón

Los Colores






Leyendas

El Zapatero Feliz
Todavía perdura el recuerdo, en una ciudad de Europa, de un alegre zapatero. Era, probablemente, una de las personas más felices de la tierra a pesar de su gran humildad.
Un día el zapatero fue visitado por uno de sus vecinos, un banquero muy rico, que al observar la gran alegría del zapatero entre tanta miseria, no pudo dejar de preguntar:
  • Señor zapatero, si no es molestia, ¿podría decirme cuánto gana usted con su humilde trabajo?
  • Es tan poco dinero, señor, que hasta vergüenza me da decirlo, no se lo tome a mal. Pero dicho dinero me da cada día el pan de mis hijos, y a mí me basta con terminar decentemente el año, aunque tengamos que privarnos, lamentablemente, de muchas cosas. – Respondió el zapatero orgulloso.
Aquella excelente y positiva actitud dejó muy sorprendido al banquero  que, poco después, dijo muy conmovido:
  • Señor zapatero, tome usted estas monedas de oro que le ofrezco desinteresadamente, y guárdelas con esmero para cuando las necesite de verdad.
A partir de entonces la actitud del zapatero cambió, con motivo de sentirse poseedor de una de las mayores riquezas del mundo. Aquella riqueza exigía mucho del zapatero, ya que al haber escondido bajo el suelo de su casa las monedas de oro, era incapaz de descansar y vivir con normalidad. El zapatero había enterrado sin saberlo al mismo tiempo el dinero y su alegría y buen humor, siendo desde entonces huéspedes de su casa, el miedo, la desconfianza, el insomnio y la inquietud. El menor ruido durante la noche, le hacía llenarse de temor ante un posible robo y sus consecuencias.
Hasta que un día, cansado el zapatero de su nueva vida, fue a visitar a su vecino banquero:
  • Oiga, amable señor; quiero devolverle todo su dinero, pues mi mayor deseo es vivir como lo hacía antes.
Y, de esta sencilla forma, el zapatero recuperó su alegría.




El Doctor muelitas y la leyenda del Reino de los Dientes

Había una vez un castillo de dientes con chicos que estaban combatiendo a las bacterias de la placa.Como los dientes estaban llenos de dulces  la princesa estaba con miedo. Pero el Doctor Muelitas, la Doctora Sonrisas y los chicos soldados fueron a una cueva toda sucia con placas. Y los soldados empezaron su batalla limpiando la cueva con cepillo de dientes, crema dental con fluor e hilo dental. De esta manera lograron vencer al malvado hechicero Plákula.



La Leyenda del Bombero Auxiliar

Cuenta la leyenda, que en un hogar de una familia en Estados Unidos, empezó a aparecer fuego de la nada. Los habitantes mayores lograron escapar fácilmente ya que estaban en la planta baja, pero sus hijos quienes se encontraban en sus habitaciones en el piso de arriba, no lograban bajar ya que la escalera que era de madera, se encendió por el fuego. Los Bomberos llegaron a la casa a los pocos minutos, y empezaron de inmediato a tratar de apagar el fuego. Uno de ellos, escuchó el gritos de desesperación de los niños y corrió hacia dentro subiendo valientemente las escaleras en llamas. Mientras hacia esto, la escalera se iba cayendo de apoco, y cuando logró llegar a los niños, rápidamente los llevo hasta la habitación de a lado que tenia ventana y los arrojó hacia fuera salvándoles la vida. El Bombero desafortunadamente el fuego le gano terreno, y quedó atrapado en este sin poder sobrevivir. Desde entonces, aquellas personas que quedan atrapadas en incendios, ven entrar a un Bombero el cuál los sujeta, les tapa la boca con un trapo para que no aspiren el humo y los tranquiliza hasta que llegan el resto de los Bomberos a rescatarlos. Los Bomberos de la zona, están acostumbrados a oír la historia de este Valiente y heroico Bombero. 


El Perfume de la Maestra

El primer día de clase, la maestra doña Tomasa les dijo a sus alumnos de quinto grado, que ella siempre trataba a todos por igual, que no tenía preferencias ni tampoco maltrataba ni despreciaba a nadie.

Muy pronto comprendió lo difícil que le iba a resultar cumplir sus palabras. Había tenido alumnos difíciles, pero nadie como Pedrito. Llegaba al colegio sucio, no hacía las tareas, pasaba todo el tiempo molestando o dormitando, era un verdadero dolor de cabeza. Un día no aguantó ya más y se dirigió a la dirección.

- Yo no soy maestra para soportar la impertinencia de un niño malcriado. Me niego a aceptarlo por más tiempo en mi clase. Ya casi son las vacaciones de Navidad, espero no verlo cuando volvamos en Enero.

La directora la escuchó con atención, y sin decirle nada, revisó los archivos y puso en las manos de doña Tomasa el libro de vida de Pedrito. La profesora lo comenzó a leer por deber, sin convicción. Sin embargo, la lectura le fue arrugando el corazón:

La maestra de primer grado había escrito: “Pedrito es un niño muy brillante y amigable. Siempre tiene una sonrisa en los labios y todos le quieren mucho. Entrega sus trabajos a tiempo, es muy inteligente y aplicado. Es un placer tenerlo en mi clase”.




El Poeta y el Herrero

Existe una leyenda, acerca de un poeta muy famoso de la antigüedad, que conoceréis ahora. El poeta, natural de Florencia, Italia, se llamaba Dante Alighieri. Dice su historia que, dando el poeta una tarde un agradable paseo, quiso el destino que se cruzase con el taller de un herrero que se hallaba batiendo el hierro sobre el yunque, al tiempo que canturreaba. En ese momento Dante distinguió algunas frases de la letra de aquellas canciones que el herrero canturreaba, y pudo entender que lo que cantaba el hombre era justamente su gran e importantísima obra de la Divina Comedia, adulterada con invenciones propias y al ritmo de la música.
Dante entró entonces en el taller del herrero, y, agarrando su martillo lo tiró a la calle. Arrojó después también las tenazas, la cizalla y cuantas herramientas encontró a su alcance.
  • Pero, ¿qué demonios hace? – Exclamó el herrero.
  • ¿Qué hace usted?- Preguntó a su vez Dante.
  • ¿Pues no lo ve? Trabajar en mi oficio. Y usted, sin más, arroja a la calle mis herramientas, echándolas a perder. ¡Debería avergonzarse!
  • Si no quiere que le estropee sus herramientas, no maltrate usted las mías.
  • Pero, ¿qué dice? Está usted loco. ¿Qué es lo que he echado a perder, si se puede saber? Y, ¿qué tengo yo que ver con usted?
  • Está cantando lo que yo escribí con mucho esfuerzo un día, y no lo canta como lo escribí yo, sino quitando y poniendo lo que se le antoja al ritmo de una canción. De este modo usted echa a perder mi oficio, y yo no tengo otro que el de escribir.
Entonces, tras aquella conversación, fue el herrero el que sintió que debía avergonzarse y agachó las orejas marchándose. En lo sucesivo, el herrero tuvo mucho cuidado de lo que cantaba, y dejó en paz la Divina Comedia de Dante.